domingo, 9 de enero de 2011

"NAVIDAD, DULCE NAVIDAD"




Corre ya el mes de enero. Las fiestas han terminado. ¿Ha de terminarse con ellas el "Espíritu Navideño"?. Parece que sí. Durante las fiestas todo es paz, amor y felicidad. Todas las familias unidas, hay incluso hasta reconciliaciones familiares. 

Pero llega el seis de enero y volvemos a la rutina, a enfrascarnos en nosotros mismos, a ser egoístas y a solo pensar en nosotros. ¿Por qué la ñoñería navideña no se extiende al resto del año?  Parece que en fechas tan señaladas en el calendario, ni siquiera los políticos se insultan, pero a partir del 7 de enero todo vuelve a la normalidad. 

Cada año me fastidia más que tenga que ser seis de enero para regalar algo a quien aprecio, que tenga que ser Nochebuena para desear a nuestros seres queridos "Feliz Noche" o la archiconocida frase de "Felices Fiestas". De verdad, todo esto para mí carece de sentido. 

Lo único bueno que tiene para mi la Navidad es que, a pesar de todo ello, solo veo a determinados miembros de mi familia en estas fechas, bueno y en entierros, bautizos, bodas y comuniones.  Pero a veces ni eso se consigue. 

No obstante, a pesar de todo lo dicho anteriormente, me gusta la Navidad. No me preguntes por qué, querido lector (o lectora, que creo que abundáis más por aquí), porque ni siquiera yo lo sé. Tal vez sea por eso de que la Navidad "expresa" un mundo un poco más perfecto (según mi prisma) que el que todos estamos acostumbrados a vivir. Aunque dista mucho de ser perfecto. 

Hay cosas que en Navidad sigue sin cambiar. Hay cosa que parece son inmutables (aunque no deberían de serlo). Hoy os invito a hacer un pequeño homenaje por estas personas que a continuación menciono, con nombres cuando menos ficticios y aplicables con total seguridad a alguien en vuestras propias ciudades o vidas. 

- Juan: aquel indigente del que hace dos días os hablé. Para él la Navidad es simplemente una muestra mayor si cabe de las diferencias entre ricos y pobres en esta sociedad en que los ricos se hacen más ricos si cabe y los pobres, más y más pobres. 

- Andrea (Madrileña de 89 años desde que a los 80 años se quedó en una silla de ruedas, sus hijos la abandonaron para siempre. Ahora es presa de las garras del Alzheimer y pasa las Navidades en la más absoluta soledad. 

- Andrés (niño africano de 7 años) sabe que en el mundo muere un niño de inanición cada tres segundos (tic-tac, tic-tac, tic-tac...). Nunca ha conocido la Navidad y sabe que puede ser el siguiente (tic-tac...). 

-Madhou (Senegalés de 35 años) trabaja 12 horas al día por 300€ al mes, los que manda a Senegal para que su hijo pueda seguir viviendo. 

- Lirisi (Rumana de 23 años): un día su padre le dijo que  la llevaba a España para que allí pudiera trabajar de camarera. Hoy es violada cada 60 minutos a cambio de 60€. Es una persona sí, una esclava sexual que trabaja en el Eclipse (o en el Elvis, Copabana, o el Texas o en su propia casa- que importa el nombre del club o sitio donde ejerce a la fuerza). 

-Sofía (Asturiana 57 años)Cuando conoció a su marido Fermín, era un hombre encantador. Esta Nochebuena terminó en Urgencias con un grave traumatismo craneoencefálico, en Reyes la enterramos. Causa de la muerte: el cabrón de su marido. 

Como veis, amigos, hay mucho dolor a nuestro alrededor. Creo que estas personas también se merecen unos pocos ratos en nuestros corazones. 

P.S: Para Juan, Andrea, Andrés, Madhou, Lirisi Sofía y todas aquellas personas que están en su situación o en otras similares. Este será mi homenaje para ellos en en día de hoy.

3 comentarios :

  1. Es cierto, no deberíamos necesitar una excusa o un motivo para proponernos ser mejores, más alegres, para recordar a nuestros seres queridos lo mucho que les queremos, para ser más humanos.
    Pero aún así hay momentos, celebraciones o situaciones, como (en teoría) la Navidad, que consiguen sacar lo mejor de muchas personas y ayudan a olvidar las desgracias, motivan a pelear por hacer que todo lo malo que nos rodea sea, al menos por unos días, un poquito menos malo, contribuyen a mitigar el dolor con una sobredosis de amor, ilusión y buenas intenciones.
    Ese es el lado bueno de la Navidad, el lado que todos deberían experimentar. El lado malo es precisamente lo que tu denuncias, hay demasiada gente para la que el 24, 25 de diciembre, es un día más, como mínimo igual de triste que el anterior.

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  2. El problema que encuentro a lo que dices querida Anónima es que lo mejor de muchas personas si que se saca en esta fechas, pero hay gente que decide no hacerlo y por culpa de ellos Juan, Lirisi, Andrés, están en la situación en que están.

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  3. Ojala hubiera más fechas en el año para poder sacar el lado bueno de la gente que solo es capaz de sacarlo en Navidad.

    Sinceramente creo que sólo respeto esas fechas como una pequeña excusa para reunirse la familia y por alguna que otra razón personal que no me apetece mencionar en este momento.

    Me gustó mucho la entrada, ojalá mucha gente lo lea y seas capaz de entrar en sus corazones y concienciarles que no sólo hay que ser buenos en Navidad.

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